HELAMAN 10. Escuchemos la voz del Señor en nuestra tribulación

Este capítulo nos cuenta que Nefi, hijo de Helamán, se dirigía a su casa, y estaba triste. No era para menos, pues a pesar del gran milagro que había efectuado ante los jueces del pueblo de Zarahemla haciéndoles saber tocante a la muerte del juez superior, endurecieron sus corazones y no escucharon las palabras del Señor. El había renunciado el asiento judicial para dedicarse a predicar el evangelio, pero estaba sufriendo continuas pruebas. Y sucedió que mientras meditaba de esta manera en su corazón, he aquí, llegó a él una voz, diciendo: Bienaventurado eres tú, Nefi....has declarado infatigablemente la palabra, y no les has tenido miedo...has procurado mi voluntad.. y te haré poderoso en palabra y en hecho, en fe y en obras (ver 4 y 5). Y ahora bien, he aquí, te mando que vayas y declares a este pueblo que se arrepienta.....(ver11).......Y SUCEDIO QUE CUANDO EL SEÑOR HUBO HABLADO ESTAS PALABRAS A NEFI, ESTE SE DETUVO Y NO LLEGO A SU PROPIA CASA, SINO QUE SE VOLVIÓ A LAS MULTITUDES.


Aprendemos pues que Nefi se detuvo, a pesar de su aflicción, a escuchar la voz del Señor que le hablaba para "consolarle, bendecirle" y "darle más instrucciones". La pregunta para aplicarnos a nosotros mismos sería: ¿Hacemos eso nosotros o corremos hasta nuestras casas a mirarnos en nuestros espejos de autoconmiseración?.

¡PERSONALMENTE DOY GRACIAS AL SEÑOR POR MOSTRARME ESTOS EJEMPLOS DE ENSEÑANZA MEDIANTE LA BARRA DE HIERRO, PUES DE LO CONTRARIO, MUCHAS VECES CAERÍA EN EL DESÁNIMO Y LA AUTOCOMPASIÓN!.

"Y si los hombres vienen a mí, les mostraré su debilidad. Doy a los hombres debilidad para que sean humildes; y basta mi gracia a todos los hombres que se humillan ante mí; porque si se humillan ante mí, y tienen fe en mí, entonces haré que las cosas débiles sean fuertes para ellos." (Eter 12:27).