"Cuando el arco se rompe"

1 Nefi 16
Nuevamente Nefi se muestra como un ejemplo ante su familia (incluído su padre, pues aunque a veces lo olvidemos los profetas también son humanos). Fue grande de la prueba que tuvieron que soportar al romperse su arco. Ellos, seguramente por primera vez en su vida (pues recordemos que tenían riquezas cuando vivían en Jerusalén), estaban pasando hambre. Además iban cansados y cargados ("tomamos nuestras tiendas y partimos para el desierto"). Las hijas de Ismael estaban "recién casadas", recién salidas de sus hogares. Leemos en el versículo 20 que todos se sentían sumamente afligidos. Y también el propio Nefi nos dice en el 21 que se encontraba afligido por la pérdida de su arco. ¿Qué fue entonces lo que marcó la diferencia?. La podemos leer en el versículo 23: "¿A dónde debo ir para obtener alimento?". En lugar de quejarse buscó el consejo de su padre, pues sabía que El Señor le daría la guía al profeta, pues a pesar de su debilidad humana, todavía seguía siendo un profeta. Como muestra de su fe, vemos al principio del versículo su actitud y resolución, pues aún antes de preguntar ya había hecho un arco de madera y una flecha.
¡Ojalá podamos parecernos un poco más a él, y podamos preguntar al Señor qué debemos hacer, con fe y con la actitud de entrar en acción, es decir, de hacer toda nuestra parte, especialmente en aquellos momentos en que "se rompa nuestro arco", y nos encontremos cansados y afligidos, incluso solos, como sucedió a Nefi.
Aunque a veces, más de las que quisiera, mi actitud haya sido semejante a la familia de Nefi, también sé que El Señor, nos escuchará, al igual que a Lehi, y nos dirá: "Mira la esfera y ve las cosas que están escritas"(ver. 26). Tenemos la esfera, y funcionará de acuerdo con la fe, diligencia y atención que nosotros les demos.
Este blog es el resultado de hacer un arco de madera y una flecha de un palo recto, y también la respuesta a la pregunta: "¿a dónde debo ir para obtener alimento?". Doy mi humilde testimonio de que sé sin ninguna duda que estas cosas son verdaderas, y las quiero compartir con quienes las lean en el nombre de Jesucristo, nuestro Señor. Amén.