CLICK HERE FOR BLOGGER TEMPLATES AND MYSPACE LAYOUTS »

martes, 23 de diciembre de 2008

Hoy es víspera de Nochebuena, y sobrecoge leer cómo a nuestro querido Lehi le fue concedido ver a Nuestro Señor 600 años antes de su nacimiento. Para habérsele concedido tan gloriosa visión debía de ser por un gran propósito. La obra que se le iba a encomendar lo requeriría.
El necesitaba un testimonio poderoso para poder llevarla a cabo. Lo mismo nos sucede a nosotros, tal vez no necesitemos visiones, pero sí nuestro humilde testimonio, para superar las aflicciones con la fuerza que ofrece tener la mira puesta en la eternidad.
(1 Ne 1: 5-10)

0 comentarios: